Pequeñas manos
Por Vicente F. de Bobadilla. ¡No te sueltes! Le habían avisado mucho tiempo atrás. Pero él se había distraído -sólo un momento- y había dejado ir su mano de la de la niña que tenía delante.
Por Vicente F. de Bobadilla. ¡No te sueltes! Le habían avisado mucho tiempo atrás. Pero él se había distraído -sólo un momento- y había dejado ir su mano de la de la niña que tenía delante.